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Lectura

de Gueorgui Gospodínov

Yambol, Bulgaria, 1968

Las tempestálidas

Recuerda y sobrevive

El tiempo no es único e igual para todos: cada cosa o fenómeno tiene su “tiempo propio”. Un objeto en movimiento experimenta una duración menor que uno inmóvil; asimismo, el transcurrir es diferente dependiendo del lugar. El tiempo no tiene orientación: causa y efecto, pasado y futuro, no existen en las leyes elementales que describen los mecanismos del mundo. No hay nada parecido a un “ahora” universal, el presente es más bien como una burbuja en torno a nosotros, cuyo tamaño depende de la precisión con que se determina el tiempo; por ejemplo, si es de nanosegundos, el presente solo sería válido para unos pocos metros, así como de varios kilómetros si es medido en milisegundos; como los humanos apenas si podemos distinguir décimas de segundo, es posible considerar que todos los habitantes de la Tierra viven en un mismo ahora. La ausencia de la magnitud tiempo en las ecuaciones fundamentales no implica inmovilidad: el mundo no está paralizado, está constituido por un continuo suceder de eventos, por una incesante transformación. La estructura temporal del universo es similar a la relación de filiación: cada ser humano se puede representar como el punto (presente) donde se unen los vértices de su cono de ancestros (pasado) y su cono de descendientes (futuro), y quienes no son ni lo uno ni lo otro quedan fuera de los conos: es el orden parcial del que se habla en matemáticas, una relación de antes y después entre algunos elementos, pero no entre todos. Para el universo, ese orden parcial es el presente extendido: el conjunto de los eventos que no son pasado ni futuro, pero que están allí, de la misma manera que están los seres humanos que no son ni nuestros ascendientes ni nuestros descendientes…

 

Son afirmaciones desconcertantes para la mayoría de las personas, cuya experiencia cotidiana confirma más lo que postulaba del tiempo Aristóteles (es la medida del cambio de las cosas, que lo hacen continuamente; si no hay cambio, no hay tiempo) que las ideas contraintuitivas sobre este tema debidas a Einstein y a la física cuántica. Para el pensar común es difícil asumir que en “la gramática elemental del mundo no hay espacio ni tiempo: solo procesos que transforman unas en otras diversas magnitudes físicas, y de los que podemos calcular probabilidades y relaciones”, como señala el físico italiano Carlo Rovelli en El orden del tiempo, en cuya lectura está basado el primer párrafo y que convoca a comprender cómo de una realidad sin tiempo surge, sin embargo, la percepción de este. Resulta más inteligible lo dicho por la filósofa Mayka Lahoz en La trama de la memoria: “El tiempo nos revela que la finitud es nuestra cualidad más esencial”. Pese a su recordatorio de que somos mortales, es una frase menos inquietante porque se encuentra en la vecindad de la intuición común, según la cual la realidad evoluciona de un instante presente a otro posterior, siendo el ahora lo único real, pues el pasado ya ha sido y el futuro aún no es.

 

El presentismo es una noción del tiempo bastante extendida y Gaustín, el psiquiatra y gerontólogo de Las tempestálidas (2022), del búlgaro Gueorgui Gospodínov, no tenía nada en contra de ella. Sin embargo, le interesaban sobre todo los trastornos de la memoria, de manera que estaba más intrigado por el pasado que angustiado por vivir en el presente tembloroso y fugaz.

Biografía

Es el autor de la novela Las tempestálidas, que ganó el premio International Booker Prize y que se ha publicado en más de 35 lenguas. Obras anteriores, como Novela natural Física de la tristeza, también han sido reconocidas internacionalmente.  Ha publicado varios libros de relatos breves, poesía, no ficción, teatro, la novela gráfica The Eternal Fly, el libreto de la ópera Space Opera, guiones y proyectos de vídeo social. Ha recibido el Premio Strega Europeo (2021), el Usedom Literature Prize (2021), el Angelus Central European Literature Award (2019)  y el Jan Michalski Prize (2016), entre otros. Su compleja narrativa está comprometida con la memoria del pasado reciente de la Europa del Este y las ansiedades de Europa y el resto del mundo // En Barcelona Metrópolis.

Entrevista

“De niño vivía con mis abuelos y escuchaba sus historias, luego intentaba inventarme las mías. Lo que siempre me ha fascinado desde entonces es cómo unir lo cotidiano y lo sublime en una narración. Cómo lo sublime brota realmente de lo cotidiano, apareciendo ante nosotros como una iluminación al final de la historia más ordinaria” // En Zenda (ABC, España).

Entrevista

“Nuestras historias y nuestros libros funcionan como cápsulas de tiempo. Para mí solo lo fugaz, lo limitado en el tiempo, lo que está vivo y morirá, es lo que tiene que ser conservado. En cierto modo, así es el ser humano. Las pirámides y los faraones no deben preocuparnos, se conservan por sí solos. Ése es también el papel de las historias, que a fin de cuentas son las que nos dan la ilusión de que existimos, de que las cosas que nos ocurren tienen un sentido, un significado y un orden particular. Sin las historias, somos partículas elementales en movimiento caótico” // El Español.

El inagotable palimpsesto de la memoria

El de nuestra memoria es un palimpsesto ficcionalizado, dado que lo escribimos y lo reescribimos como si fuera una novela, y en esa novela no hay una sola voz, la nuestra, sino varias voces, no solo las de todos aquellos que han compartido con nosotros una parte importante de nuestra vida, sino también las de aquellos, contemporáneos nuestros o no, que nos han legado de algún modo parte de sus vivencias y de sus recuerdos // Por Mayka Lahoz (La trama de la memoria).

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Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano"

El hombre en suspenso / Saul Below

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