
Biografía
Ana Teresa Torres García nació en Caracas el seis de julio de 1945 en la clínica Córdoba (situada entonces en la actual avenida México). Hija única de Miguel Torres Cárdenas (1910-1980) y Felicitas García Elorrio, nacida en Madrid en 1916, y nacionalizada venezolana al contraer matrimonio. Durante sus primeros años vivió junto a sus padres en la urbanización Campo Alegre, en la casa de su abuela paterna, Carmen Teresa Martinez Madriz, figura muy significativa en su vida, especialmente después del fallecimiento de su madre ocurrido en 1953 // En sitio oficial de la autora.
Memoria y ficción de la novela
Concibo la novela como una combinación de memoria y ficción (…) Entiendo por memoria la recuperación fragmentaria de acontecimientos, situaciones, circunstancias, personas, espacios, experiencias, en los que nos detenemos porque algo nuestro se detuvo allí (…) La ficción la entiendo como la construcción de una red simbólica mediante la cual el sujeto de la escritura atrapa los objetos perdidos de la memoria, encontrados en la cadena significante de un modo azaroso, con el propósito de conferirles un estatuto de realidad en el lenguaje // Por Ana Teresa Torres.
Caracas en la imaginación literaria
En todas mis novelas, a excepción de La favorita del Señor (2001), la ciudad de Caracas ha ocupado un papel hasta cierto punto protagónico, o por lo menos proporcionado un tejido sustancial al relato; y ella misma, la ciudad vivida y recordada, al pasar a la escritura, fue experimentando transformaciones // Por Ana Teresa Torres.
El desengaño de las alegorías
Para entender el valor específico que Los últimos espectadores de El acorazado Potemkin tiene en la producción de Torres, conviene distinguir en la narrativa intrahistórica venezolana dos grupos principales: las obras que dan más peso argumental a la reconstrucción del pasado (…) y las que enfatizan los conflictos que los historiadores contemporáneos se plantean acerca de su oficio: ¿cómo y para quiénes se fijan los discursos públicos sobre el presente o el pasado?; ¿hasta qué punto interviene en la escritura de la historia lo poético o lo novelesco?; ¿cómo conciliar las exigencias de la verdad con las limitaciones de perspectiva y enunciación? // Por Miguel Gomes.
Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano
El hombre en suspenso / Saul Below