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Arto Paasilinna

Lectura

de

Kittila, Finlandia, 1942 - Espoo, Finlandia, 2018

Reseña en La Escalera

Virtud de las pequeñas rebeldías

Biografía

Esta historia sucede en Finlandia y está salpicada por silencios, alcohol y por el ruido de una vieja máquina de escribir. Silencios que tienen que ver con los días sosegados, con el trabajo febril y obsesivo, y con el sisu, que es una forma de abnegación, perseverancia y aceptación del desenlace. Silencios hondos como los que vienen después de una fiesta fatal. Esta es una historia más sobre Arto Paasilinna // Por Daniel Gambarte en Jot Down.

Entrevista

“La depresión puede revivirlo a uno si la vence. La alegría da contenido a la vida. La melancolía es el primer paso hacia la profundidad de ideas. El silencio serena y es como una fiesta. La muerte nos amenaza, pero también nos hace libres. La vida es un enorme regalo que no debemos subestimar. El bienestar sería algo así como un premio. Y la novela, un pedazo de vida” // En Babelia (El País).

Finlandia, el país que ama los libros

Si alguien quiere un libro y no está, la biblioteca lo pide y cuando llega le avisa a la persona. Por eso no son tantos los libros que la gente compra en Finlandia como los que se leen gracias a los préstamos bibliotecarios. Y si alguien, por ejemplo, quiere consultar al librero de la centenaria Biblioteca Nacional, puede hacerlo en persona o por Internet // Por Winston Manrique Sabogal en Babelia (El País).

El escritor del humor negro y la sátira social

Aunque nunca logró el Nobel de Literatura, como su compatriota Frans Emil Sillanpää, ni fue considerado tan erudito como el también finlandés Mika Waltari, Paasilinna cosechó mayor éxito internacional que ellos entre los lectores, al ser capaz de narrar las historias más deprimentes de una forma desconcertantemente cómica // Por Juanjo Galán en La Vanguardia.

Comienza a leer...

El año de la liebre

Prisioneros en el paraíso

Delicioso suicidio en grupo

Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano

El hombre en suspenso / Saul Below

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