top of page

Georges Perec

Lectura

de

París, Francia, 1936 - Ivry-sur-Seine, Francia, 1982

Reseña en La Escalera

Georges Perec, sus enumeraciones

Biografía

1936. El siete de marzo Georges Perec nace en el norte de París. Es hijo de Icek Judko Perec —originario de Lubartow (Polonia), a quien Georges conocerá por un nombre francés (André)— y de Cyrla Szulewicz —originaria de Varsovia—; ambos son judíos y debido a las persecuciones religiosas han emigrado a Francia, donde se radican // En Cronología de Georges Perec por Jorge Fondebrider.

¿Acercamientos a qué?

“Lo que realmente ocurre, lo que vivimos, lo demás, todo lo demás, ¿dónde está? Lo que ocurre cada día y vuelve cada día, lo trivial, lo cotidiano, lo evidente, lo común, lo ordinario, lo infraordinario, el ruido de fondo, lo habitual, ¿cómo dar cuenta de ello, cómo interrogarlo, cómo describirlo?” // Por Georges Perec.

Entrevista

“Toda la literatura es, en cierto modo, como una novela policíaca. Es necesario que al principio del libro tengamos la impresión de que no conocemos algo que se nos dará a medida que el libro avance y de que este se volverá cada vez más interesante, que nos dé la impresión de que al principio se empieza con una pregunta y que después habrá otra, y otra, y otra más…” // En revista Minerva (Círculo de Bellas Artes de Madrid).

Una autobiografía bajo constricción

Una autobiografía bajo la constricción podría por tanto trazar muy bien una nueva vía entre la autobiografía corriente y la ficción. Podría ayudar a levantar las censuras, permitir que escapemos de los modelos. Podría proporcionar el medio de explorar o de evocar, por caminos oblicuos, aquello que no se puede decir de una vida: lo inconsciente, lo insoportable... // Por Philippe Lejeune en revista Minerva (Círculo de Bellas Artes de Madrid).

Comienza a leer...

Lo infraordinario

Las cosas

Tentativa de agotar...

Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano

El hombre en suspenso / Saul Below

bottom of page