
Biografía
En lo que lleva de vida, con 81 años, su obra está compuesta de tres novelas, diez libros de cuentos, seis de ensayos, antologías que comparte con Antonio Dal Masetto, Silvina Ocampo, María Esther de Miguel, Julio Cortázar, Abelardo Castillo, Sylvia Iparraguirre, Mario Vargas Llosa, Héctor Tizón, Juan Rulfo, Gabriel García Márquez, entre otros; fue formadora de escritores como Samanta Schweblin, Pablo Ramos, Guillermo Martínez, Inés Garland, entre tantos más: dio talleres literarios durante 45 años // En La Nación.
Entrevista
“Poner el cuerpo y poner nuestra herramienta, las palabras, no solo para crear novelas, cuentos y poesía, sino también para dar testimonio de la realidad cultural y política. En las revistas en las que estuve, una parte fundamental de mi vida como escritora, siempre nos dedicamos a defender la concepción de una gran literatura, tanto nacional como extranjera, y al mismo tiempo se dio testimonio de la realidad cultural y política que vivimos. Siempre consideramos que la herramienta de la palabra tiene mucho valor y fuerza” // En Clarín.
Entrevista
“A mí me fascina dar taller y ver cómo muchos escritores notables que son hoy colegas han pasado un tiempo por allí y eso me enorgullece. Esa primera entrevista es fundamental. A mí no me importa cómo escribe la gente cuando viene. Esa parte de verdad no me importa para nada. Porque se trabaja luego. Sí me importa hasta qué punto los apasiona la lectura, si no hay eso no puedo darles mucho, y luego cuánta pasión ponen en la escritura. Hasta qué punto una persona está dispuesta a reescribir un cuento diez veces hasta conseguir lo que quiere” // En La Nación.
El tema de los temas
Los temas nos atraviesan, nos aplastan, nos chocan por la calle; los espantamos como moscas; los engullimos sin darnos cuenta; acechan desde el pasado, desde una pesadilla, desde algo particular que nos han contado; asoman en una ocurrencia súbita, en algo que nos pasó ayer, en lo que tememos que nos ocurra mañana, en una frase casual que escuchamos en el colectivo, en mitologías, en libros de historia o de botánica o de economía doméstica // Por Liliana Heker (La trastienda literaria).
Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano
El hombre en suspenso / Saul Below