
Biografía
Sebastian se definió siempre a partir de una triple identidad, «judío, rumano y danubiano», una identidad que llegaría a ocasionarle profundísimos motivos de desencuentro con su entorno intelectual. Cursó estudios de Derecho en Bucarest y en 1931 pasó una temporada en la capital francesa, momento que aprovechó para entrar en contacto con la vida literaria parisina. Pudo dedicarse a su verdadera vocación —la escritura— gracias al apoyo incondicional de Alexandru Rossetti y de Nae Ionescu // Por Marian Ochoa de Eribe.
Los diarios de Sebastian
A este Bucarest llega a estudiar en los años veinte el joven Iosif Hechter. Proviene de una familia judía de Braila, y su talento y carisma personal le abren muy pronto las puertas de la élite intelectual bucarestina. Adopta el seudónimo de Mihail Sebastian y publica en los periódicos más influyentes de la época. Escribe novelas y teatro, y forma junto al después mundialmente famoso Mircea Eliade y bajo la “guía espiritual” del filósofo Nae Ionescu la joven generación que será punta de lanza de la vida intelectual de la Rumanía de entreguerras // Por Marcel Gascón en Jot Down.
Por qué amamos
El amor romántico es una de las tres redes cerebrales primigenias que evolucionaron para dirigir el apareamiento y la reproducción. El deseo nació para motivar a nuestros antepasados a encontrar la unión sexual. El amor romántico les permitía concentrar sus esfuerzos en el cortejo de un solo individuo cada vez. El cariño evolucionó para motivarlos a amar a su pareja el tiempo suficiente para criar juntos a sus hijos // Por Helen Fisher, autora de Por qué amamos.
Vivir y amar en la Rumania de la II Guerra Mundial
Que la novela, una de las cuatro que Sebastian escribió en su corta vida, reciba solo dos menciones en sus diarios, quizás no sea inusual. Tenía solo 25 años cuando se publicó Mujeres, y un año después encontraría fama y notoriedad con Desde hace dos mil años, una novela vívida e inquietante sobre el antisemitismo y la vida de una joven estudiante judía en Rumania // En Euronews.
Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano
El hombre en suspenso / Saul Below