
Biografía
Nació el 2 de marzo de 1954 en Padua, Herveo-Tolima (Colombia). Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Santiago de Cali. Desde su juventud se dedicó a la escritura a través del periodismo y la literatura. Está considerado como uno de los poetas y ensayistas más destacados de las últimas generaciones y sus obras son mapas eruditos de sus amores literarios, acompañados de declaraciones ideológicas sobre la historia y el mundo moderno // En escritores.org.
Entrevista
“Sí, las clasificaciones no me sirven de mucho. Lo que sí es que a mí me interesa la literatura como un todo. Me gusta mucho la poesía, me gusta el ensayo, la novela, trato de escribir en todos esos géneros. Me gustaría ser cuentista, pero hasta ahora no he logrado serlo” // En Diario Libre (República Dominicana).
Entrevista
“En el mundo contemporáneo hay tensión creciente y abrumadora de convertir el Tiempo solo en instante, en actualidad y en simultaneidad. Pero el Tiempo como Historia, Memoria personal, colectiva va borrándose cada vez más en el horizonte de la vida cotidiana (…) Tenemos que luchar por una memoria que no sea solo lo actual y urgente, inmediata. A eso dedico mi vida: a salvar la memoria que es una manera de salvar la integridad de un mundo y su futuro. Estoy seguro de que sin memoria no tendremos futuro” // En WMagazín.
Las Américas
A partir del momento en que los sueños del Renacimiento, la edad de los descubrimientos, los mapas de Toscanelli, las profecías de Séneca y de Dante, la búsqueda de las especias y la obsesión de Colón nos incorporaron al mapa espiritual y material del planeta, no sólo comenzó nuestra nueva historia sino que comenzó verdaderamente la historia mundial. Antes sólo existían historias locales, o regionales, o a lo sumo continentales. La historia mundial es cuestión de los últimos cinco siglos, y es rigurosamente contemporánea de nuestra existencia como naciones mestizas // Por William Ospina (América mestiza, el país del futuro, 2013).
Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano
El hombre en suspenso / Saul Below