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Ética materna

  • Foto del escritor: Francisco Vallenilla
    Francisco Vallenilla
  • 7 may 2022
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 9 mar

300 palabras sobre Los motivos de Aurora, de Erich Hackl




La madre entra a la habitación y le descerraja cuatro tiros a su hija dormida, dos en el pecho y dos en la sien. La escena está descrita en el primer párrafo de la novela Los motivos de Aurora (1987), de Erich Hackl, y tiene la misma eficacia narrativa que “El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a la 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo…” con que comienza Crónica de una muerte anunciada (1981), de Gabriel García Márquez: no se puede soltar la novela hasta saber por qué lo hizo. Aurora Rodríguez es hija de un apreciado abogado de Ferrol, quien escandaliza a su clase burguesa con denuncias de la injusticia social y del atraso de la sociedad española de comienzos del siglo XX. Sus opiniones y biblioteca influirán notablemente en la niña, quien al crecer tiene claro que debe trabajar para revertir ese estado lamentable, sobre todo la posición relegada de la mujer. Siente, sin embargo, que la tarea la supera porque, pese al librepensador de su padre, ella misma es un producto de esa sociedad misógina y opresiva. Así que concibe la idea de tener una hija y educarla en un ambiente estricto, sin espacio para la ociosidad y la falta de propósitos, donde se forme para luchar por la liberación de la mujer. Viven en Madrid y lo está logrando: su hija, Hildegart, siendo apenas una adolescente, ya va a la universidad, milita en las Juventudes Socialistas y escribe encendidos artículos a favor de la liberación femenina, que también se publican en Inglaterra, donde piensa continuar su trabajo… “Hacia las ocho de la mañana siguiente Aurora oyó que la criada salía de casa. Poco después se levantó y fue a buscar la pistola a su dormitorio”.

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