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Theodor Kallifatides

Lectura

de

Molaoi, Grecia, 1938

Reseña en La Escalera

Tres pasajes para Troya

Biografía

Nació en el pueblo Molaoi, en Laconia, Grecia, en 1938. En 1946 se trasladó con su familia a Atenas, donde terminó el bachillerato. Emigró a Suecia en 1964 y desde entonces vive en el país. Estudió filosofía y trabajó como profesor en la Universidad de Estocolmo entre 1969 y 1972, y luego como jefe de la revista literaria Bonniers entre 1972 y 1976. Kallifatides debutó en la literatura en 1969 con un libro de poesía, pero obtuvo reconocimiento principalmente gracias a sus novelas publicadas posteriormente // En Ellines.com

Entrevista

“Amamos de la misma manera, sentimos los celos del mismo modo, morimos igual que antes, tenemos el mismo pavor a la muerte que tuvo Homero, afrontamos igualmente el destino incomprensible, asistimos a la arrogancia de los ganadores, a la amargura de los perdedores, todo está ahí, muy fresco” // En La Vanguardia.

Entrevista

“Europa empezó con una de las ideas más frágiles que hay, la de una civilización en común, que no es verdad. No hay ningún griego que piense que como ciudadano es igual a un francés. Y esto ocurre en todos los países. Tenían que haberse basado en otras ideas, como la de trabajar a favor de la paz, la de luchar contra la pobreza… Cosas que puedas hacer” // En El País.

Apuntes sobre la Ilíada

Un rasgo muy notable de la Ilíada es que, a pesar de su extensión, la acción se concentra solo en unos pocos días de combate, sin mención a la totalidad de la guerra. El tema concreto es la cólera de Aquiles, pero en la narración de cuatro días completos de combate, se incorporan escenas que parecen corresponder al comienzo de la guerra y queda simbolizada la totalidad de la misma // Por Emilio Crespo Güemes. Introducción a la edición de la Ilíada en la Biblioteca Clásica Gredos.

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El asedio de Troya

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La guerra de Troya

Siempre estaba comprando nuevos libros, más rápido, lo reconozco, de lo que mi capacidad de lectura me permitía leerlos. Pero mientras estuviera rodeado de ellos, eran garantes de una vida más amplia, mucho más preciosa y necesaria de la que me veía obligado a llevar cada día. Si era imposible mantener siempre esa vida superior, por lo menos podía tener sus signos al alcance de la mano

El hombre en suspenso / Saul Below

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